Qué provoca todo movimiento renovador
Todo movimiento que merezca de verdad ese nombre pasa por cinco fases
sucesivas: la indiferencia, las burlas, las injurias, la represión y la estima.
Ya hemos conocido la indiferencia durante varios meses. Luego, el virrey se ha
burlado muy amablemente de nosotros. Vimos cómo a continuación se iban
sucediendo las injurias y los informes mentirosos. Los gobernadores
provinciales y la prensa hostil hicieron todo lo posible para llenar de
injurias a nuestro movimiento. Nos topamos ahora con la represión que, por el
momento, se encuentra en una etapa moderada.
Para resultar eficaz, la no violencia exige una voluntad decidida a
aceptar el sufrimiento. No se trata para nada en un someterse servilmente a la
voluntad del tirano sino de oponerse con toda el alma a sus abusos. Respetando
esta ley de nuestro ser, un solo individuo puede llegar a desafiar todo el
poder de un imperio basado en la injusticia y -dejando a salvo su honor, su
religión y su alma- logrará fracturar los cimientos de tal imperio, o promover
su regeneración.
Todo movimiento que sobrevive a la represión -moderada o cruel impone
invariablemente el respeto, lo cual es sinónimo de éxito. Si somos fieles, esa
represión puede ser considerada como signo precursor de la victoria. Pero para
ser fieles, no debemos dejarnos intimidar en ningún caso. Mucho menos debemos
dejarnos llevar por la cólera, a un acto de venganza o de violencia. La
violencia es un suicidio.
El éxito de un movimiento
No critico a los británicos. Si nosotros fuésemos numéricamente tan
débiles como ellos, quizás habríamos recurrido a los mismos métodos. El
terrorismo y la mentira son las armas que utilizan los débiles y no los
fuertes. Los británicos son numéricamente débiles: nosotros somos débiles a pesar
de nuestro número. De aquí se deduce que cada cual arrastra al otro en su
caída. El hecho es notorio: los ingleses pierden fuerza de carácter después de
una estancia en la India y, en contacto con ellos, los hindúes pierden coraje y
virilidad. Este proceso de debilitamiento no es provechoso para nuestras dos
naciones ni para la humanidad. Pero si nosotros, los hindúes, tomamos nuestra
suerte en nuestras manos, los ingleses y el resto del mundo se ocuparán de sus
propios asuntos. Por consiguiente, nuestra contribución al progreso del mundo
tiene que consistir en poner orden en nuestra casa.
Liberación de la India
No pretendo únicamente liberar a la India del yugo inglés. Estoy
decidido a liberarla de todas las formas de esclavitud que pesan sobre ella. No
tengo ningún deseo especial de cambiar un rey inútil por un rey que nos
explote. Por eso he fundado el movimiento del swaraj (autonomía), en el que se
le exige a cada cual que se purifique interiormente.
No me interesa prever el futuro. Sólo me ocupo del presente. Dios no me
dio controles sobre el instante venidero. Existen esperanzas de que el hombre
violento sea no violento algún día. Pero no hay esperanza alguna para el
cobarde. Por eso, más de una vez dije que si no sabemos cómo defender a nuestra
propia persona, a nuestras mujeres y nuestros lugares de trabajo, por la fuerza
del sufrimiento -o sea, la no violencia- debemos estar dispuestos a
defenderlos, si somos hombres, mediante la lucha.
El poder de los gobernados
Hasta a los gobiernos más despóticos les es imposible permanecer en el
poder sin el acuerdo de sus gobernados. Es verdad que el déspota cuenta muchas
veces, gracias a la fuerza, con el consentimiento del pueblo. Pero apenas el
pueblo deja de temer la fuerza del tirano, su poder se derrumba.
¿Cuáles son los sacrificios que exige de nosotros la no colaboración?
Debemos soportar de buena gana las privaciones y los contratiempos en que
corremos el peligro de caer, después de haber retirado nuestro apoyo al equipo
que gobierna contra nuestra voluntad. Thoreau declara: "Es criminal
detentar un poder y poseer riquezas bajo un gobierno injusto. En este caso, la
pobreza es una virtud".
Las experiencias y pruebas por las que pasé me sostuvieron y me dieron
inmensas alegrías. Aunque sé que todavía tengo frente a mí un camino difícil de
atravesar. Tengo que reducirme a mí mismo a la nada. En tanto el hombre, por
libre decisión, no se sitúe en el último escalón de la especie, no habrá
salvación para él. La no violencia es el límite más recóndito de la humildad
Combatir al mal
Puede ser que cometamos errores durante la fase de transición. Podrían
evitarse ciertos sufrimientos. Pero, de todas formas, esto vale más que ver
castrada a toda una nación.
Para obtener reparación de la injusticia, debemos negarnos a esperar
que el culpable tome conciencia de su iniquidad. Hay que evitar hacerse
cómplice de esa iniquidad, por miedo a sufrir nosotros mismos o ver sufrir por
ello a los demás. Por el contrario, hay que combatir el mal dejando de
proporcionar nuestra ayuda al malhechor, de una forma directa o indirecta.
Es una costumbre deplorable decir que son falsos los pensamientos de
otro para pretender a continuación que sólo los nuestros son exactos. Es no
menos lamentable considerar a los que tienen opiniones distintas de las
nuestras como enemigos de la patria.
No colaborar con la injusticia
Si un padre se hace culpable de injusticia, sus hijos tienen la
obligación de abandonar el techo paterno. Si el director de una escuela dirige
su colegio sin respetar las reglas de la moral, los alumnos deben abandonar esa
institución,. Si el presidente de una sociedad se dejara corromper, los
miembros de la misma que no quieran ensuciarse las manos tienen que dimitir.
Del mismo modo, si un gobierno cometiera una injusticia grave, el ciudadano
tiene que retirarle su colaboración en todo o en parte, impidiendo que los
dirigentes cometan sus fechorías. En todos estos casos, nos encontramos con un
elemento de sufrimiento moral o físico. Sin ese sufrimiento, sería imposible
llegar a la libertad.
Si estuviese seguro de encontrar a Dios en una caverna del Himalaya,
iría hacia allí de inmediato. Pero sé que sólo se encuentra en el corazón de la
humanidad.
Dios no es una persona. Es la potencia misma, la esencia de la vida,
conciencia pura e inalterable. Es eterno. No obstante, resulta curioso cómo
algunos son incapaces de recibir de esta presencia viva y omnipresente todo el
provecho y la ayuda que ella irradia.
Tradición y reforma
El hombre de verdad no está obligado a ajustarse siempre a la
tradición. Debe estar dispuesto a convertirse en reformador y, si él mismo
descubre que cometió errores, tiene que reconocerlos públicamente, sean cuales
fueren las consecuencias, y hacer lo posible para corregirlos.
No soy un visionario. Intento ser un idealista con sentido de la
realidad. La religión de la no violencia no está reservada únicamente a los
rishis (visionarios) y a los santos. Está destinada a todo el mundo.
Debemos hacer que la verdad y la no violencia sean practicadas por
grupos y comunidades, no apenas por individuos. Tal es mi sueño: viviré y
moriré tratando de llevarlo a cabo. Mi fe me ayuda a descubrir verdades nuevas
todos los días.
El ayuno
Mi concepto de la no violencia no me lleva a escapar del peligro y dejar
sin protección a mis seres queridos. En la alternativa entre la violencia y la
fuga cobarde, sólo podría preferir la violencia en vez de la cobardía. Tampoco
puedo recomendarle la no violencia a un cobarde, así como no puedo invitar a un
ciego a que disfrute espléndidos panoramas.
Ayunar no es más que un medio para llegar a controlarse. No es
suficiente hacer ayunar al cuerpo: hay que someter del mismo modo al espíritu.
Si no, corremos el peligro de caer en la hipocresía y de acabar en un desastre.
Creo en la unidad absoluta de Dios y, por consiguiente, también en la
de la humanidad. No importa que tengamos muchos cuerpos. Sólo tenemos un alma.
La refracción multiplica los rayos del sol, pero todos tienen la misma fuente.
No puede erigirse la no violencia en una civilización fabril, aunque sí
es posible hacerlo en ciudades autosuficientes. Tal como la concibo, la
economía rural evita por completo la explotación; y la explotación es la
esencia de la violencia
Misión de Gandhi
Mi misión no habrá concluido` el día en que todos los hindúes se amen
como hermanos. Tampoco finalizará con la liberación de la India, si bien por
ahora le consagro a esta labor mis mejores fuerzas y casi todo mi tiempo. Lo
que procuro a través de la liberación de la India es impulsar a todos los
hombres a que formen una sola comunidad fraternal.
No le pido a la India que practique la no violencia, por el hecho de
que sea débil. Anhelo que lo haga con conciencia de su fortaleza y de sus
posibilidades. Para convencerse de su potencialidad, no es necesario seguir un
entrenamiento militar. Creemos que hace falta tal entrenamiento porque
subestimamos nuestros medios. Quiero que mi país comprenda que tiene un alma
imperecedera y que puede triunfar sobre todo lo que lo ha humillado, poniendo
fin a todas las formas de opresión basadas en la fuerza física.
No violencia es norma de conducta
La no violencia no es una virtud monacal orientada a procurar la paz
interna y a garantizar la salvación individual, sino una norma de conducta
necesaria para vivir en sociedad, pues garantiza el respeto a la dignidad
humana y permite que progrese la causa de la paz, sobre la base de los anhelos
más fervorosos de la humanidad.
La finalidad suprema del hombre es discernir a Dios: todas sus
actividades políticas, sociales y religiosas deben tender a este fin último.
Concretamente, es preciso consagrarse' directamente al servicio de los demás,
pues el único medio de hallar a Dios es salir a su encuentro en su creación y
no formar con ella más que una sola cosa.
Muy poco sabe el mundo lo mucho que mi llamada grandeza depende de las
incesantes labores y de los sufrimientos de silenciosos trabajadores, hombres y
mujeres, devotos, eficientes y puros.
Gandhi por Gandhi
Lo que hago, puede ser realizado por todos. Porque no soy sino un
mortal común, sujeto a las mismas tentaciones y propenso a las mismas
debilidades de los mejores entre nosotros. Cuando yo sea incapaz de practicar
el mal, cuando no emita ninguna palabra áspera o arrogante (por un instante
siquiera) mi mundo mental -sólo entonces y no antes y mi no violencia
conquistarán el corazón del mundo entero.
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