El anonimato es y ha sido siempre la base del programa de A.A. Después de ser miembros por algún tiempo, la mayoría de los A.A. no tienen inconveniente en que se sepa que se han unido a una sociedad que les ayuda a permanecer sobrios.
Tradicionalmente los A.A. nunca revelan su asociación con el movimiento a través de la radio, la prensa o cualquier otro medio de publicidad. Y ninguno de ellos tiene el derecho de revelar la identidad de ningún otro de los miembros.
Eso quiere decir que los recién iniciados pueden tener la seguridad de que sus nuevos amigos no divulgarán lo que sepan en relación con sus problemas como bebedores.
Los miembros antiguos del grupo comprenden lo que sienten los recién llegados y recuerdan sus propias dudas y el temor que sentían de ser identificados públicamente con la aterradora palabra de "alcohólico".
Una vez que se ha hecho miembro de A.A., el recién llegado puede pensar que en realidad era una simpleza asustarse de pensar que el público pudiera informarse de que había dejado de beber. Cuando uno es un bebedor, las noticias de sus aventuras se saben rápidamente, y la mayoría de los alcohólicos ya han adquirido fama de borrachos incurables cuando resuelven unirse a A.A. El hecho de que sean bebedores, con muy raras excepciones, no es un secreto muy guardado y, en esas circunstancias, lo raro sería, que la buena noticia de que un borracho deje de tomar, pasase inadvertida.
Cualesquiera que sean las circunstancias, nadie más que el propio interesado, o sea el recién afiliado a A.A. tiene el derecho de hacer declaraciones al respecto, y sólo de modo que en ninguna forma vaya a perjudicar a la Comunidad.
¿Cómo puedo progresar en mis negocios, en donde tengo que socializar con frecuencia, si me abstengo de beber?
El beber en sociedad se acepta ahora como parte de las actividades en que hay que participar para hacer ciertos negocios. Muchas de las reuniones con los clientes y posibles compradores se hacen coincidir con aquellas ocasiones en que se acostumbra tomar cocteles, o alguna otra clase de licores, bien sea durante el día o por la noche. Muchos de los actuales miembros de A.A. serían los primeros en declarar que a menudo llevaron a cabo importantes negocios en bares, cuartos de hoteles y hasta en funciones sociales que tuvieron lugar en casas particulares y durante las cuales se bebieron licores.
Es sorprendente, sin embargo, que en el mundo se hace mucho trabajo sin necesidad del alcohol. También sorprende a muchos alcohólicos descubrir que hay multitud de dirigentes de negocios e industrias, y muchos distinguidos profesionales y destacados artistas que lograron triunfar sin depender para nada del alcohol.
En realidad, muchos de los A.A., admiten que usaban los "contactos de negocios" como una de las diversas excusas para beber. Ahora que ya no beben, han descubierto que en realidad logran hacer más que cuando bebían. El abstenerse del alcohol no les ha resultado un estorbo para ganar nuevos amigos y convencer a gente que puede contribuir a su éxito en los negocios.
Lo anterior no significa que todos los A.A. deben repentinamente evitar todo contacto con sus amigos sociales o comerciales que tomen bebidas alcohólicas. Si un amigo desea tomarse un cóctel o dos antes del almuerzo, el A.A. generalmente se toma un refresco, un jugo de frutas o una taza de café. Si un A.A. es invitado a una reunión social en que se sirvan licores y a la que deba asistir por razones de sus negocios, generalmente no vacila en ir. Sabe por experiencia que la mayoría de los demás invitados se preocupan más por sus propias bebidas que por las de él y que probablemente no les importe especialmente saber lo que esté tomando.
A medida que comienza a sentirse orgulloso de la calidad y cantidad de su trabajo, el recién iniciado en A.A. probablemente encuentre que el triunfo en la mayoría de las actividades comerciales todavía depende de lo bien que se realicen. Esa sencilla verdad no era tan aparente cuando él bebía alcohol. En esos tiempos, podía haber llegado al convencimiento de que la simpatía personal, la generosidad y el buen humor era la clave del triunfo en los negocios. No hay duda de que esas cualidades le ayudan mucho a la persona que bebe en forma controlada, pero no le son suficientes al alcohólico, pues generalmente les da más importancia de la que realmente tienen.
¿Puede A.A. servirle a la persona que realmente ha "tocado fondo"?
La experiencia ha demostrado que el hacerse miembro de A.A. da buenos resultados a casi todos los que realmente desean dejar el alcohol, sin que importen para nada sus antecedentes económicos o sociales. La asociación incluye hoy en día entre sus miembros a muchos desheredados de la suerte, a muchos que fueron inquilinos de la cárcel y de otras instituciones públicas.
El individuo sin hogar y sin dinero no queda en situación desventajosa al hacerse miembro de A.A. Su problema básico, aquello que le hace imposible llevar una vida normal, es idéntico al problema central de todos los demás miembros de A.A. Lo que vale cualquiera de los miembros no se juzga por la ropa que vista, por su modo de hablar ni por la cantidad de dinero que tenga en el banco. Lo único que cuenta es que el recién llegado desee sinceramente dejar de beber. En ese caso, se le dará la bienvenida. Lo más seguro es que se sorprenda cuando los demás miembros del grupo empiecen a contar sus historias y aventuras y descubra que la mayoría han pasado por experiencias aún peores que las suyas.
¿Se ha dado el caso de que alcohólicos que han dejado de beber se hayan hecho miembros de A.A.?
La mayoría de los hombres y mujeres que se unen a A.A. lo hacen cuando han llegado al límite más bajo de su experiencia como bebedores, pero no siempre es ese el caso.
Muchas personas se han hecho miembros mucho después de haber tomado el último trago. Un individuo, reconociendo que no podía controlar el alcohol, había dejado ya de beber seis o siete años cuando se hizo miembro. Su período de sobriedad, impuesta por él mismo, no había sido nada envidiable. Gradualmente aumentaba su tensión nerviosa y se contrariaba hasta por los problemas más sencillos de su vida cotidiana.
Ya estaba resuelto a volver a experimentar con la bebida, cuando un amigo le aconsejó que se informase sobre A.A. Desde entonces ha sido miembro durante varios años y dice que no hay comparación entre la agradable sobriedad de hoy día y su lastimosa sobriedad del pasado.
Otros informan que han tenido experiencias semejantes. Aunque saben que les es posible permanecer sobrios con aspecto lúgubre durante largos períodos de tiempo, dicen que les es mucho más fácil gozar de su sobriedad y fortaleza cuando se encuentran con otros alcohólicos y trabajan con ellos en A.A. Al igual que la mayoría de los seres humanos, ven que no hay razón para hacer las cosas de la manera más difícil.
Si les da a escoger entre la sobriedad fuera o dentro de la Sociedad, se quedan intencionalmente con A.A.
¿Por qué se interesa A.A. por los bebedores problema?
Los miembros de A.A. tienen un interés egoísta en brindarles ayuda a los demás alcohólicos que aún no han logrado la sobriedad. Primero, porque saben por experiencia propia que esa clase de actividades, que generalmente denominan trabajo de Paso Doce, les ayuda a mantenerse sobrios. Sus vidas han adquirido un interés importante que los domina y probablemente les recuerda, haciéndoles ver su experiencia de otros tiempos, que deben evitar el exceso de confianza que podría conducirlos a una recaída. Cualquiera que sea la explicación, los A.A. que dedican libremente su tiempo y sus esfuerzos a ayudar a los otros alcohólicos, raras veces tienen mucho trabajo para conservar su propia sobriedad.
La segunda razón es que los A.A. desean vivamente ayudar a los bebedores problema porque el hacerlo así les da la oportunidad de pagar la deuda que contrajeron con quienes les ayudaron a ellos. Esa es la única forma práctica en que un individuo puede pagar su deuda con A.A. Todos los miembros saben que la sobriedad no puede comprarse ni alquilarse a largo plazo. Saben, sin embargo, que el nuevo modo de vivir sin alcohol es suyo con sólo desearlo, si honradamente lo quieren y si están dispuestos a compartirlo con quienes quieran seguirlo.
Tradicionalmente, A.A. nunca "recluta" a sus miembros, nunca incita a nadie a que se haga miembro y nunca solicita contribuciones de afuera.
La Comunidad de Alcohólicos Anónimos
Quien esté convencido de que es alcohólico y de que A.A. puede ayudarle, al ingresar como nuevo miembro, generalmente tiene ciertas preguntas específicas sobre la naturaleza, estructura e historia del movimiento mismo. He aquí algunas de las preguntas más comunes.
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