miércoles, 16 de enero de 2019

Llegamos a Creer (Cap 10 - Parte 1)

10. "EN TODOS NUESTROS ACTOS"

El servicio prestado gustosamente, las obligaciones honradamente enfrentadas, las dificultades bien aceptadas o resueltas con la ayuda de Dios, el conocimiento de que en el hogar o el mundo exterior somos socios en un esfuerzo común, el hecho de que a los ojos de Dios todos los seres humanos son importantes, la prueba de que el amor que se da sin reserva trae seguramente una justa recompensa, la certeza de que ya no estamos aislados y solos en prisiones construidas por nosotros mismos, la seguridad de que podemos encajar y pertenecer al esquema de las cosas de Dios - estas son las satisfacciones de vivir correctamente, para las cuales no podrían ser sustitutos ninguna pompa o circunstancia y ninguna cantidad de bienes materiales.
Bill W.
"Doce Pasos y Doce Tradiciones", pág. 161

CAMINAMOS ASÍ
Después de cerca de diez años de sentarme en las sillas de los bares, justificándome de estar sin trabajo y huyendo de la gente, me dirigí con mi problema de la bebida a Alcohólicos Anónimos. No fue el final más emocionante que pudiera haber pensado para una joven recién casada, pero tuve que admitir que una vida inmanejable no hubiera sido útil para el bebé que estaba esperando.
Tranquila, ya que mi esposo se había unido a A.A. antes de que nos conociéramos, la vida parecía estar realmente completa una vez que yo llegué también a ser parte de la Fraternidad. Había estado sobria tres meses cuando nació nuestro primer bebé. Un año y un mes después llegó el segundo. Nuestro tercer "Bebé de A.A." nació un año y cuatro meses después del segundo. Así mi progreso dentro de A.A. fue marcado por tres niñitas. No podía suponer que nadie se sintiera más satisfecha que yo en el tercer aniversario de mi sobriedad.

Entonces vino un punto de viraje. Intempestivamente, me sentí por completo en desacuerdo con la manera de vivir de A.A. Un doctor confirmó nuestros peores temores cuando anunció que algo grave le sucedía a la más pequeña de nuestras hijas. Sospechaba de que fuera distrofia muscular, pero los estudios en el hospital refutaron el diagnóstico. Nos dejaron con una vaga definición del problema de nuestra niñita; los doctores que se llamaron a consulta catalogaron su impedimento bajo el enunciado de parálisis cerebral. Nadie ofreció esperanzas para su recuperación, y un especialista en ortopedia nos dijo tajantemente que nuestra hija nunca caminaría.

Ante el hecho de una predicción pesimista tras de otra, me acobardé. Con certeza sabía que esta era una época en que mi hija necesitaba toda la fortaleza de que su madre pudiera tener; y yo parecía no tener ninguna. Mi esposo mantuvo su fe; tenía una creencia positiva de que se probaría que los doctores estaban equivocados. Nunca dudó de que nuestra hija llegaría a caminar.

Nuestros amigos dentro de A.A. también tenían esta fe positiva en la recuperación de la niña. Aportaron lo mejor de ellos para revivir mis energías, que rápidamente se extinguían, y estas fuerzas positivas de amorosa fe me llevaron a volver a evaluar mi progreso con el programa de A.A. Estaba sobria, pero ¿había puesto mi vida bajo el cuidado de Dios tal como yo lo comprendía? ¿Qué estaba haciendo acerca del "contacto consciente" con mi Poder Superior? ¿Era el Paso Diez parte de mi vida diaria o era algo que una sola vez intenté?.

La mayoría de las respuestas a estas preguntas fueron en sentido negativo. Esto significaba que, mientras mi hija podía estar físicamente en una situación desesperada, yo estaba funcionando en forma destinada a retardar cualquier progreso que ella pudiera lograr espiritual y mentalmente. No había otra solución que salirme del camino de mi hija y trabajar conmigo.

Durante los años siguientes aumentó mi actividad dentro de A.A. Busque a mi Poder Superior - Dios - como nunca lo había hecho antes. ¡Luego, un día, nuestra hija caminó! Accidentalmente la solté de la mano. Nuestra reacción ante este hecho fue la misma que tuvo la gente, en la Escritura, ante el paralítico caminando: "admiración y asombro".

En este momento ella tiene doce años, y las autoridades médicas han llamado a su progreso "sin precedentes". Aún estoy obsesionada por la declaración de un neurólogo, que su coordinación está controlada por sus procesos mentales. En tanto que su espíritu está controlada por sus procesos mentales. En tanto que su espíritu permanece libre y alerta, su actividad física es entusiasta y sin obstáculos. Cuando su espíritu está desalentado, la actividad es: titubeante. ¿Qué mejor lección podría yo necesitar?.

Esta niña es mi libro de texto sobre "Cómo trabajo". Desde el día en que la solté mentalmente hasta el día en que lo hice físicamente, progresó más allá de los más cariñosos sueños y esperanzas de cualquiera. Ahora trato de seguir sus pasos para trabajar mi programa de A.A. Un profundo pensador dijo una vez, "La confianza en sí mismo es, en última instancia, confianza en Dios". ¿Cómo puede ser negada esta verdad cuando la experiencia personal muestra que así es?.
Filadelfia, Pensilvania.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario