- Aprenda a escuchar.
Todo chico, de la edad que sea,
quiere encontrar un oído que se interesa en lo que quiere decir. La mamá o el
papá que nunca está demasiado ocupado para oír, sin censurar o regañar, se
convierte tanto en un padre como en un amigo.
Los
trabajadores sociales han encontrado que muchos padres de familia tienen el
hábito de interrumpir a sus hijos cuando éstos están hablando. Otros muchos
padres no tiene ni la menor idea de lo que sus hijos están pensando, porque
nunca les dan oportunidad de expresarse.
- Delegue responsabilidad.
Esto
demuestra la confianza que usted tiene en su hijo, y este sabrá que usted
espera que actúe responsablemente. Muchas de las mejores conversaciones padre -
hijo (mamá -hijo), se tienen mientras ambos trabajan juntos en alguna tarea
casera.
- Traté de ser comprensivo.
Los
adolescentes de hecho admiten que sus padres no acepten completamente sus
pensamientos y su disposición de ánimo, pero esperan ser escuchados y
comprendidos.
- Traté de no regañar...
Mucho.
Es
casi imposible funcionar como madre o como padre sin ofrecer ocasionalmente
palabras de advertencia; pero si las mantenemos al mínimo, los adolescentes las
escucharán con mayor facilidad. Cuando el regañar se vuelve un hábito, dicen
los psicólogos, Los adolescentes no le hacen mucho caso.
- A los chicos les gusta que
sus padres se comportan como adultos.
Usted
puede entender el mundo de sus hijos, pero ellos no quieren de hecho que
usted entre en él. Ustedes son quienes están a cargo, y los adolescentes
quieren que ustedes se mantengan en su propio nivel o por lo menos, no muy
lejos. Nada deprime más a un adolescente que un padre que se comporta como
"amigote", cuando lo que necesita en realidad, y lo que quiere, es un
padre.
- Vea el ejemplo que da.
Con
frecuencia se dice que los hijos no se convierten en lo que se les dice que
sean, sino en lo que les ha sido mostrado por sus padres, y los psicólogos
piensan que hay mucho de cierto en esta afirmación. Recuerde que su hijo sigue
los mismos pasos que usted.
- Mantenga el sentido del
humor.
Algo
sucede cuando la mayoría de los chicos llegan a los 13 años de edad. Este
muchacho obediente que siempre ha confiado en el juicio de usted y casi le ha
puesto una aureola sobre la cabeza, de pronto se pone a cuestionar lo que usted
hace, dice o piensa. Las opiniones de usted son consideradas o tontas o
anticuadas.
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