jueves, 14 de marzo de 2019

El Pequeño Libro Rojo De AA (Parte 11)

DÉCIMO SEGUNDO PASO

Habiendo experimentado un despertar espiritual como resultado de estos Pasos, tratamos de llevar este mensaje a otros alcohólicos y de practicar estos principios en todos nuestros actos.
(Véase el Capitulo “Como Opera” del Libro A.A.)

La finalidad de esta interpretación es exponer la mecánica operante del Décimo-Primer Paso. Todas las referencias que hacemos son de una fuente digna de confianza: El Libro “Alcohólicos Anónimos”.
Se llega a la comprensión y a la práctica de este Paso sencillamente mediante el estudio de las tres partes en que puede dividirse.

PRIMERA PARTE:- “Habiendo experimentado un despertar espiritual como resultado de estos Pasos”.

Como esta es una interpretación de conceptos establecidos de A.A. seria inconsecuente medir las palabras cuando se trata de valores espirituales, o retener el hecho que el despertar espiritual es una parte esencial de nuestra recuperación.
Providencialmente para nosotros, seis de los Doce Pasos, cuando menos, son de naturaleza espiritual. Conociendo las falacias de la manera alcohólica de pensar, es inconcebible que pudiéramos recuperarnos del alcoholismo sin una inspiración que dependa de un Poder Superior al nuestro. Recibimos esta inspiración y llegamos a conocer a Dios, viviendo los Doce Pasos.
Sin los principios espirituales de los Doce Pasos no podría haber A.A. En vez de lo que es, sería un grupo de alcohólicos malhumorados, temporalmente sin beber y viviendo en un estado perpetuo de borrachera mental.

Al faltar el beneficio de la influencia espiritual, dominaría la ley de la selva de la manera resentida de pensar del alcohólico y llevaría de vuelta a cada miembro a la insania del alcoholismo. Nuestra sobriedad requiere un cambio de personalidad. Logramos esto en forma de un despertar espiritual como resultado de vivir el Programa de A.A.

Realmente ¿tenemos un despertar espiritual o es casualidad, miedo, obstinación o racionalización alcohólica lo que nos mantiene sobrio? Si es por esta última, entonces  ¿Qué es lo que nos llena de entusiasmo y deseo de llevar este mensaje a otros alcohólicos?

¿Quién nos otorga el poder para dejar de beber y para ayudar a otros alcohólicos a dejar de hacerlo para no decir nada de nuestro deseo de ayudarlos? ¿Qué es lo que les da el poder para adquirir y transmitir el milagro de la sobriedad? ¿Es posible que un alcohólico pueda frenar la “alergia” física y la obsesión mental del alcoholismo por su propio poder? Creemos que no. La medicina conviene en que no. Los alcohólicos que tratan de refutar esta teoría acaban emborrachándose.

Obviamente, no hay más que dos respuestas a estas teorías. Primera: Aquellos que aceptan y tratan de vivir todos los Doce Pasos, rara vez fracasan en A.A. Segunda: Aquellos que pasan por alto los principios espirituales de los Pasos rara vez tienen buen éxito.
Evidentemente, requerimos ayuda espiritual para adquirir la estabilidad mental conducente a la sobriedad que queremos disfrutar. Una encuesta para la fueron entrevistados varios cintos de miembros de A.A., revelo muchas opiniones interesantes concernientes a la relación de su despertar espiritual con su sobriedad. Solamente se abordo a miembros con un año o más de sobriedad.

Las siguientes preguntas se les hicieron a los miembros en forma casual:

1. ¿Ha tendido usted un despertar espiritual?

2. ¿Fue vital para su recuperación?

3. ¿Cuándo tuvo lugar?

4. ¿Puede usted definirlo?

(Estas preguntas pueden hacerse en una sesión de Grupo. Fomentar un tipo excelente de discusión).

De los fueron entrevistados, la mayoría estuvieron de acuerdo en que habían tenido un profundo cambio de personalidad hacia mejores condiciones. Solamente dos personas sostuvieron que habían experimentado transformaciones espirituales revolucionarias.
Los de ambos grupos admitieron la importancia de un cambio de personalidad para su sobriedad y vieron la evidencia de un despertar espiritual en su buena disposición para aceptar la ayuda de Dios al enfrentarse a los problemas de una vida de sobriedad. Pocos de los miembros podían acordarse de cuando había tenido lugar su despertar espiritual. Muchas veces habían sido quienes estaban más cerca de ellos los que lo habían notado primero. Algunos no podían definir su contacto consciente con Dios, pero cada uno de ellos sostenía tener el suficiente para mantenerse sobrio.

Sus experiencias comenzaron con la entrega de sus defectos

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