4 de Febrero
Hacer beber a los demás nos proporcionaba cierta satisfacción. Nos gustaba decir: “Bébete una por mi cuenta”. Pero realmente no estábamos haciéndole un favor a aquel amigo.
Únicamente lo estábamos ayudando a emborracharse, especialmente si era un alcohólico.
En A.A. tratamos de ayudar verdaderamente a otros alcohólicos.
Los levantamos en vez de hundirlos.
La bebida creaba una especie de camaradería; pero realmente era una falsa camaradería, porque se basaba en el egoísmo.
Utilizábamos a nuestros compañeros de bebida para nuestro agrado. En A.A. tenemos camaradería auténtica, basada en el desinterés y en un deseo de ayudarnos mutuamente.
Y adquirimos verdaderos amigos en vez de compañeros ocasionales. – “¿He obtenido con la sobriedad todo lo que obtenía con la bebida, pero sin dolores de cabeza?”.
Meditación del Día
Sé que Dios no puede enseñar a un hombre que está dependiendo de una muleta. Arrojaré la muleta del alcohol y caminaré apoyándome en el poder y la gracia de Dios.
Sé que Dios no puede enseñar a un hombre que está dependiendo de una muleta. Arrojaré la muleta del alcohol y caminaré apoyándome en el poder y la gracia de Dios.
El poder de Dios me vigorizará en tal forma, que sin duda caminaré hacia la victoria. No existe límite para el poder de Dios. Marcharé paso a paso, un día cada vez, por el camino que la voluntad de Dios me revelará a medida que avance.
Oración del Día
Ruego poder tener cada vez más esperanza en Dios. Pido poder arrojar lejos de mí a la muleta alcohólica, y dejar que ocupe su lugar el poder de Dios.
Ruego poder tener cada vez más esperanza en Dios. Pido poder arrojar lejos de mí a la muleta alcohólica, y dejar que ocupe su lugar el poder de Dios.