Señor mío y Dios mío, aquí estoy, tal cual como soy, con todo lo bueno que hay en mi ser y con todo lo malo que mis decisiones me han ocasionado.
Estoy frente a Ti porque te amo y necesito de tu ayuda.
Tú conoces mi ser y sabes que hay amor en él para Ti y quiero estar unido a Ti siempre.
También sabes en qué dimensiones de mi ser necesito de tu acción poderosa, por eso, en este momento lo único que puedo decir es: aquí estoy para Ti.
Gracias por todo lo que haces y seguirás haciendo en mi vida.
Siento tu presencia en cada una de las experiencias que tengo y sé que Tú eres la garantía para que todo esté bien.
Te suplico que bendigas a todos aquellos que hoy despertaron con demasiados problemas y sin ganas ni posibilidades de salir adelante, sé Tú el que obre en sus vidas y hagas los milagros que ellos necesitan.
Gracias por ser generoso y por no olvidarte de ninguno de nosotros; te amamos y ponemos toda nuestra vida en tus manos, porque en ellas estamos seguros.
Gracias, mi Señor.
Amén.