Señor mío y Dios mío, te suplico que en este momento quites de mi mente todo pensamiento de debilidad y de derrota, y me des capacidad para fortalecerme con un diálogo interior marcado por el optimismo y la esperanza.
También, mi Dios, te pido que quites todo sentimiento pusilàmine y cobarde que haya en mi corazón y me des la posibilidad de sentir toda la fuerza que el amor de tu Hijo me ha mostrado.
No quiero, mi Señor, acostarme con sentimientos de miedo o de tristeza, quiero estar tranquilo y sereno porque estoy en tus manos y sé que este es el mejor lugar para mí.
Gracias por escucharme y derramar todas tus bendiciones en mi ser.
Gracias por hacerme dormir tranquilo y darme todas las herramientas que necesito para seguir luchando y haciendo lo bueno en el día que iniciaré mañana.
Bendito a todos los que amo y dales tu fortaleza para seguir adelante.
Amén
Padre Alberto Linero
No hay comentarios.:
Publicar un comentario