Todos los días tenemos que pedir fortaleza a Dios.
No podemos vivir sin ella, porque la vida es complicada, difícil, agresiva, y tenemos que enfrentarla.
No podemos llorar, angustiarnos y desertar ante las dificultades que la vida nos pone, ya que eso imposibilita vivir porque siempre hay problemas que enfrentar.
Hay que saber recibir los golpes de la vida, y tratar de llevarla en el sentido que nosotros queremos.
La vida no puede llevarnos por donde quiera; somos nosotros los que, con decisión y carácter, le damos una dirección.
La fe es fuente de fuerza para enfrentar las situaciones difíciles, porque sabernos amados por Dios, saber que contamos con su ayuda, descubrir su compañía nos debe generar las actitudes necesarias para no tenerle miedo a ningún problema.
Hoy quiero invitarte a tener en tu mente y en tu corazón dos certezas: Dios está contigo y tú eres fuerte para vencer los problemas de la vida.
No dejes que nada te convenza de lo contrario.
En la Biblia encontramos en la metáfora de la "batalla" una manera de expresar que nosotros, los seres humanos, tenemos que afrontar con firmeza interior cada una de las situaciones cotidianas.
No podemos darnos por vencidos ante ninguna situación.
Por eso ora al Padre en este momento y pídele que te dé la fuerza de su Espíritu Santo para poder ser feliz.
No olvides que al propio Jesús le tocó enfrentar las críticas de los opositores, sus mentiras, sus malinterpretaciones y los dolores de la cruz, pero siempre estuvo fuerte con la ayuda del Padre Dios.