Señor mío y Dios mío, te alabo y te bendigo por todas las obras de amor que día tras día realizas por mí.
Quiero pedirte de una manera muy especial que sanes todas las heridas que el pasado ha causado en mi corazón; sabes que he vivido momentos duros que me han marcado y que al recordarlos aún duelen.
Hoy quiero pedirte confiado que así como en tu Palabra curaste a tantos enfermos del cuerpo, me cures a mí también de las heridas espirituales que muchas veces son difíciles de curar.
Solo Tú tienes la fuerza para sanarme, y por eso te lo pido a Ti con confianza: irrumpe en mi existencia, en mi historia, y restáurame, Señor, que yo no sufra más por cosas del ayer, que pueda mirar atrás con tranquilidad y sin ansias, consciente de que tengo que esforzarme por construir un mejor presente para ver los resultados en el futuro.
Te alabo y te bendigo, porque sé que en este día vas a hacer tu obra en mí y que todo me saldrá bien.
Amén.
Padre Dios, en este momento te suplico que llenes de alegría el corazón de este hermano que me lee y le hagas saber que Tú estás a su lado para que siempre pueda vencer.
