domingo, 12 de agosto de 2018

Los Enemigos

“Señor, muchos son mis enemigos, muchos son los que se han puesto en contra mía, ¡muchos son los que dicen de mí: «Dios no va a salvarlo»! Pero tú, Señor, eres mi escudo protector, eres mi gloria, eres quien me reanima”. (Salmo 3) 

Todos tenemos enemigos. Algunos buscados por nuestros errores o el mal manejo de nuestras emociones; otros gratis, ni sabemos por qué nos odian o quieren que nos vaya mal. 

¿Qué hacer frente a ellos, nuestros enemigos? 

Seguramente, la primera reacción es atacar y no dejarse dañar, pero sabemos que el cristiano no puede actuar de esa manera (Mateo 5,44). Por eso, lo mejor es tener un comportamiento marcado por la bondad, la coherencia, la solidaridad, la voluntad de Dios y no hacerle daño a nadie. 

No puedes centrarte en vivir dependiendo de lo que tus “enemigos” hagan o digan, tienes que estar concentrado en la realización de tu proyecto de vida. 
Cuando consideres que tienes que responder a ellos hazlo con las actitudes de un creyente: serenidad, firmeza, buena comunicación y siempre en la caridad cristiana. Tienes que saber cuidarte y no exponerte a ningún daño. 
No olvides que no puedes dejar que tu enemigo te convierta a su lógica ni comportarte como él lo hace. 
Tienes que construir relaciones interpersonales muy sólidas y marcadas por buenas prácticas; no dejes que tu vida se llene de gente tóxica y dañina.
El salmista pide ayuda a Dios y confía en su protección, ese siempre es un buen camino, porque Dios está atento a nuestra súplica.

TAREA DEL DÍA:
Ora por aquellas personas que buscan dañarte, pide a Dios que las bendiga.

POR PADRE ALBERTO LINERO

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