Trajiste con tus besos la sonrisa
Que escondí tras la puerta del dolor
Mi corazón ya no va tan de prisa
Y camina paso a paso con tu amor
Trajiste mis mañanas de primavera
Y floreció el amor en mi corazón
Alzó el vuelo, el amor de quimeras
Eres el sueño que colgué en mi oración
Descubrí que hay más estrellas
En el universo de tus ojos presumidos
Que presumen de amarme con miradas
Y con dulces suspiros contenidos
Descubrí la belleza de una flor
En las mañanas de rocío bañada
Descubrí ese inmenso amor
Que me entrega cada día mi amada
Descubrí que hay magia en un beso
Que te eleva tan alto en el cielo
Luego desciendes despacio e ileso
Con los pies tan firmes en el suelo
Descubrí que la paciente soledad
Es compañera en las tardes frías
Que se viste de dulce frialdad
Esperando que se gasten los días
Descubrí la belleza de mirarse
En el silencio más sublime y apasionado
Delicada esta forma de amarse
Sutil mirada de un corazón enamorado
Descubrí que la vida es un suspiro
Un susurro de estrellas destellantes
Una gota de roció, un respiro
Una huella en caminos distantes
Descubrí que los sueños ocultan
Los deseos más puros del alma
Y de luchar nos abriga la vida
Por no perder un segundo la calma
Descubrí que la flor del jardín
Que floreció en mis sueños fugases
Eres tú mi hermoso girasol
Y yo el sol que provoca tus despertares.
Poema de Luis Ravello