En una actitud farisea tratamos de imponerles a todos una ley religiosa como si por ella nos llegara la salvación.
En la Biblia encontramos que Dios elige a muchos hombres y mujeres "despreciables" por la sociedad en la que vivían.
Es el caso de Rahab (Josué 2,1-24; Hebreos 11,31) la prostituta que Dios, usa para realizar su plan.
Ella no es despreciada por Dios, sino que es invitada a colaborar con el plan de Dios, ayudando a los espías del pueblo bíblico. Seguro tiene que cambiar su vida y actuar desde el amor, pero ella está disponible a lo que Dios quiere. Seguro si hubiera caído en manos de algunos de los fariseos de hoy le hubieran dicho que no podía participar en el plan de Dios por su condición.
Este relato nos invita a no juzgar a nadie, a no condenar a ninguno, sino a tratar de ayudarlos a vivir a la manera de Dios.
Él es el que decide sobre nosotros, eso debemos tenerlo claro.
No tratemos de usar a Dios en esa función.
Es Él quien juzga.
Los creyentes tenemos que vivir nuestras relaciones desde el amor, y no desde el odio ni el rechazo.
Recordemos que nadie es mejor que nadie y que todos necesitamos del amor de Dios.
Confiar en su amor es la manera de vivir y de hacer realidad la Voluntad de Dios en nosotros.
No tengamos miedo de aquellos que son diferentes, esa no es una tragedia, sino la manifestación de la infinita creatividad de Dios.
*Padre Alberto Linero*
*TAREA DEL DIA*
Haz una oración por aquellas personas distintas a ti.