Me gusta una historia que alguien me hizo llegar y que ahora quiero compartir con ustedes, la cuento a mi manera:
Cuentan que un niño de siete años estaba sentado, muy cómodamente, en la silla de un avión que próximamente despegaría hacia una linda ciudad.
El niño estaba sereno y muy tranquilo. A su lado un hombre de mediana edad, estaba angustiado, nervioso y muy preocupado.
Este hombre rezaba mientras el niño, sereno, miraba lejos.
El hombre en un momento de curiosidad le preguntó al niño: -¿Por qué estás tan sereno?, ¿no te da miedo volar?
El niño respondió: -no, no tengo miedo de volar porque el que maneja el avión es mi papá
Creo que esa debiera ser la actitud de todos nosotros los hijos de Dios: debiéramos estar tranquilos y serenos porque sabemos que el piloto de nuestra historia es el Padre Dios.
Si todo está bajo el control de Él y si nosotros lo conocemos y lo amamos, tenemos que confiar plenamente en Él.
Estoy seguro de que si tenemos una total dependencia de Dios sufriremos menos por el futuro, confiaremos más en sus fuerzas y saldremos adelante en cada uno de los proyectos que iniciamos.
No tengamos más miedo, recuerda que Dios está a cargo, es Él quien tiene el timón y quien nos va llevando.
Deja a un lado tu desespero y comprende que Dios tiene su tiempo, y que es perfecto.
No te angusties por nada; todo sucede para bien tuyo (Romanos 8,28). Confía y sigue luchando.
Cree y espera en el Señor, da lo mejor de ti y celebra su victoria.
Rezo por ti: Padre Dios, derrama sobre esta persona que me lee toda tu bendición para que se sienta tranquilo y desaparezca todo miedo de su corazón.
TAREA DIARIA:
Aprende a confiar en Dios.
Aprende a confiar en Dios.